Reactivación de casos de fiebre amarilla en América Latina. ¿Cómo prevenirla?
jueves 24 abril 2025

Sabías que actualmente hay 34 países de áfrica, 13 países de América con presencia de esta viral
La propagación de enfermedades virales a través de vectores emergentes y reemergentes representa una preocupación significativa para la salud a nivel mundial, la fiebre amarilla, es una enfermedad infecciosa endemo epidémica caracterizada principalmente por síntomas como lo son; fiebre constante, decaimiento, dolor muscular, bradicardia relativa y vómitos biliosos o hemorrágicos, trasmitido principalmente por moscos de géneros Aedes y Haemogogus los cuales se encuentran principalmente en zonas cálidas y tropicales. Su alta mortalidad ha generado que sea considerado una amenaza constante para la salud pública (Alcalá & Dávila; 2024).
Este virus se caracteriza por tener un periodo de incubación de 3 a 6 días, su fase infecciosa se caracteriza por presentar escalofríos, fiebre, mialgias, cefalea, dolor muscular, epistaxis leve, albuminuria e ictericia, esta fase sintomática puede durar hasta 8 días. Posteriormente a la fase infecciosa aproximadamente 10% tienen un proceso de intoxicación, donde el virus deja de circular vía sanguínea y se radica en órganos internos como el hígado, bazo y corazón, generando complicaciones hemorrágicas.
El virus es trasmitido principalmente por vectores eficaces infectados previamente que permiten la propagación de virus directa, como los son moscos del género Aedes quien con su capacidad de reproducirse en áreas urbanas tropicales contribuyen significativamente a la transmisión de este virus.
En este momento no se cuenta con un tratamiento específico para esta viral, por lo que se realiza únicamente manejo de síntomas, es por esto por lo que su prevención y detección a tiempo es importante para evitar la mortalidad de mal manejo.
El 4 de febrero, la Organización panamericana de la salud emitió alerta epidemiológica debido al aumento considerable de casos reportados en países como Colombia, Perú, Ecuador y Brasil, reportándose ya siete muertes y 19 casos de este año y 61 años reportados el año pasado. El alto número de casos reportados genera la necesidad de intensificar esfuerzos para prevenir y diagnosticar a tiempo el virus, esto permitirá mejorar la vigilancia epidemiológica de diferentes entes de salud.
Su diagnóstico se fundamenta principalmente en la detección del virus por reacción de cadena polimerasa con transcripción inversa en etapas tempranas o pruebas serológicas de IgG e IgM (pruebas elisas) en fases de infección más avanzada. Uno de los principales problemas de diagnóstico es la reacción cruzada que pueden generar pruebas ELISAS en pacientes con antecedentes en otras infecciones causados por flavivirus como el dengue, generando falsos positivos, por lo que se recomienda una mayor precisión con la detección del ARN viral, el cual se caracteriza por un genoma compuesto por ARN monocatenario de sentido positivo. Actualmente solo existe un serotipo con 5 genotipos diferentes en las zonas de presencia del virus.
A pesar de que la fiebre amarilla sigue siendo un reto de salud pública por su resurgimiento no solo en América Latina, sino nuevamente en África, esta cuenta con una vacuna preventiva de gran eficacia a partir de una carga viral atenuada, lo que permite al sistema inmunológico generar anticuerpos 5 días después de la administración de la vacuna, alcanzando niveles máximos de protección a los 10 días de su aplicación. La Organización Panamericana de la Salud informa que los casos reportados entre el 2024-2025 correspondieron a personas que no habían recibido la vacuna, por lo que insta a los países a seguir reforzando sus programas de vacunación, así como a tomar las medidas adecuadas para informar y proteger a los viajeros que se dirigen a zonas de riesgo.
Nadie es inmune a la fiebre amarilla y ocurre en personas de todas las edades y razas. Las tasas de mortalidad más altas se registran en bebés y ancianos, que a menudo tienen sistemas inmunológicos deprimidos, es por esto que es importante estar atentos a sus síntomas, diagnóstico y prevención, esto permitirá reforzar los programas de vigilancia epidemiológica mediante una supervisión detallada de la distribución y actividad de los vectores, con un enfoque especial en las regiones con mayor propensión a brotes y propagación de enfermedades transmitidas por diferentes vectores.
Bibliografía
- ALCALA FERRAEZ, Carlos y DAVILA VALDES, Claudia. La fiebre amarilla y la inmunidad entre 1906 y 1919: las personas susceptibles. Península [online]. 2024, vol.19, n.2 [citado 2025-02-09], pp.9-33.
- Alvarez, Y. S., Rodríguez, E. C., del Pilar Toledo, G., & Rodríguez, D. REAPARECE LA FIEBRE AMARILLA, OLVIDADA POR TODOS.
- Matos, H. J. (2023). La transición climática, la explosión de arbovirus y el espectro de la Fiebre Amarilla. Una visión epidemiológica.
- Yglesias-Rosales, M., Rodríguez-González, A., & Rojas-Montero, M. (2005).
- Fiebre amarilla: un peligro latente. Acta Médica Costarricense, 47(3), 118-125.
- Weitzel, T., Perret, C., Valdivieso, F., Abarca, K., & Vial, P. (2018). Vacuna contra fiebre amarilla para viajeros chilenos a Brasil. Consideraciones prácticas. Revista chilena de infectología, 35(5), 587-590.