La revolución de la inteligencia artificial y su aplicación en la salud

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La inteligencia artificial (IA) es la capacidad que tiene una máquina en reproducir habilidades similares a las humanas, como lo son razonamiento, aprendizaje, planificación y creatividad [1]. A pesar de que no existe un concepto único de inteligencia artificial, podemos señalar que estamos ante sistemas que integran una tecnología muy avanzada que les permite entrenar, aprender y, en mayor o menor medida, actuar de forma autónoma [2].

Actualmente, la IA está revolucionando la industria de la salud mejorando diferentes procesos tanto administrativos como científicos, optimizando tratamientos, diagnósticos, fortaleciendo la telemedicina y optimizando el análisis de datos hospitalarios, esto gracias al avance en el aprendizaje automatizado y procesamiento de datos médicos lo que lo convierte en una herramienta valiosa para la industria. Estos beneficios y otros como lo son, una mayor precisión en diagnósticos a partir de la disminución de errores médicos y prevención de enfermedades, optimización tiempos médicos, lo que permite al profesional centrarse en la atención al paciente y no en tareas administrativas, reducción de costos por optimización de procesos y recursos hospitalarios y finalmente uno que tomo gran relevancia posterior a la pandemia  no solo para el sector salud sino para la humanidad con la telemedicina, caracterizado por Chatbots diseñados e impulsados para brindar atenciones remotas con un mínimo de especialistas.

A pesar de que la IA ha sido bastante acogida por sus ventajas también trae consigo diferentes consideraciones y retos como lo son, el manejo de información médica sensible que impone estrictas medidas de privacidad como lo son la protección de datos personales donde se deben cumplir con normativas que regulan su tratamiento, otro de los retos es la prevención de ataques informáticos, ya que pueden llegar a vulnerar la confidencialidad e integridad de información sensible de pacientes. También es importante tener en cuenta que a pesar de que la IA puede reproducir o amplificar bases de datos, también pueden tener sesgos en algunos algoritmos, por lo que es importante siempre contar con responsabilidad ética de análisis de estos [3].

La aplicabilidad de la inteligencia en la salud se ha venido desarrollando de manera paulatina desde 1970 a 2020, donde las primeras aplicaciones de inteligencia artificial se centraron en el desarrollo de máquinas como, por ejemplo, se creó el primer brazo robótico industrial (Unimate) o “la primera persona electrónica” (Shakey, en 1966). Asimismo, se generaron las bases de datos de informática clínica y los sistemas de registros médicos [2], posteriormente desarrollaron un programa de consulta para glaucoma utilizando el modelo CASNET seguido de la tecnología DeepQA que permitía proporcionar respuestas médicas basadas en evidencias  lo que  ha impulsado el desarrollo de otras tecnologías como la utilización de IBM Watson para identificar nuevas proteínas de unión a ARN alteradas en la esclerosis lateral amiotrófica [4] o el chatbot Pharmbot que ayudó a la educación sobre medicamentos para pacientes entre otros. Esto demuestra la posible implementación de la inteligencia artificial para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades optimizando no solo recursos sino eficiencia de diagnóstico y respuesta.

La integración de la inteligencia artificial en la salud apenas está en sus primeras etapas. Con el continuo desarrollo de tecnologías de IA, se espera que su aplicación se expanda a áreas como la monitorización remota de pacientes, la cirugía robótica y la gestión de sistemas hospitalarios esto hace que la colaboración entre tecnólogos, científicos y profesionales de la salud será esencial para maximizar los beneficios de esta revolución tecnológica y asegurar que la innovación se implemente de manera ética y segura.

El potencial de la IA para transformar la medicina es inmenso. Desde mejorar la precisión diagnóstica hasta personalizar los tratamientos y acelerar la investigación, la inteligencia artificial está destinada a desempeñar un papel crucial en el futuro de la salud. Sin embargo, para que estos avances se traduzcan en beneficios reales para la sociedad, es necesario abordar de manera proactiva los desafíos éticos y técnicos que acompañan a esta tecnología, representando una oportunidad sin precedentes para transformar la atención médica. A través de diagnósticos más precisos, tratamientos personalizados y una investigación médica más eficiente, la IA tiene el potencial de mejorar significativamente la calidad de vida de las personas. No obstante, es fundamental que la implementación de estas tecnologías se realice con rigor ético y una vigilancia constante para asegurar que el avance tecnológico se traduzca en beneficios equitativos y seguros para toda la sociedad.

Bibliografía

[1]Rocha, A. F. D., Ribeiro, M. P., & Ribeiro, R. P. (2025). Inteligencia artificial en las publicaciones científicas: cuestiones éticas y legales. Revista Gaúcha de Enfermagem46, e20240257.

[2]Ortiz Fernández, M., Medina Martínez, M. Á., & Orozco-Beltran, D.(2025)  Pasado, presente y futuro de la inteligencia artificial en la salud: Entre innovación y seguridad.

[3] Acitores, A. S. (2025). El impacto de la inteligencia artificial en el sector sanitario: retos éticos y legales. La Ley mercantil, (120), 6.

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